Ayer estaba realmente dolorida del pie derecho, pero sin embargo, me propuse salir a trotar alrededor de 50 minutos tras el descanso del domingo. Por la campa, tranquila, no alejaba de mí el pensamiento constante de mi malestar cada vez que la susodicha extremidad impactaba contra el terreno agradable de entre tierra y hierba, que ofrece a todo el que quiera disfrutarlo, este emblemático lugar de mi tierruca.
Esto cambió en el momento que apareció David, cuando las agujas del crono ya se acercaban al minuto 50 de esfuerzo, todo fue recibir sus felicitaciones por la carrera del Soplao y devolverle, por mi parte, las mías hacia la suya, cuando el tema de conversación se centró en rememorar de nuevo los momentos vividos por ambos ese sábado, y olvidé casi por completo, el martirio del dichoso dolorcito. Como me gustaba esa sensación no dudé en alargar un "poquillo" más el horario establecido para finalizar el requerido entrenamiento, y finalicé junto a él 20 minutos más tarde de lo que lo debiera haber hecho. En fin,...solo me queda rogar porque mi estricto entrenador no se entere de nada.
Por si la suerte no la tuviera de aliada hoy, e intento, no se si en vano, de satisfacer su oído, quiero agradezerle de manera entusiasta, el video que colgó en facebook sobre las benevolencias de correr descalzo que vi por la tarde, cuando mas dificultades tenía para intentar no parecer que estaba coja cada vez que emprendía mi marcha a pie, y por tanto más confort me hizo sentir al verlo.
Por la mañana, no tuve más remedio que visitar a mi compañera Eva, fisioterapeuta, que me exploró y me diagnosticó de una fascitis importante de toda la planta del pie . Comencé, sin demorarlo un minuto, el tratamiento con ultrasonidos, masaje y frio.
también me recomendó unos ejercicios con una bola "pinchosa" que he comenzado a realizar nada más llegar a casa.
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