jueves, 3 de febrero de 2011

¿Crisis?..., ¿Quien dijo crisis?

Mi entrenamiento de hoy, una buena clase de cycling de alrededor de 55 minutos netos amenizada por Susana, la monitora del gimnasio www.clubdeportivomarisma.com, con música de la que me gusta, ha sido el trabajo físico que he completado en esta jornada.




Como desde mi perspectiva el compromiso es determinante, no olvido la promesa que hice anteayer de buscar y publicar en este blog la crónica que compartí hace cuatro años en el foro de elatleta.com cuando corrí en Sevilla mi tercer maratón.

¿Quién dijo crisis? Llegar a los 40 (años me refiero), se suele acompañar de la consabida crisis. Sin embargo yo los recibo hoy 15 de Febrero del 2007 con una monumental borrachera de autoestima tras el maratón del Domingo. Este sentimiento de valía personal, de darte cuenta que eres capaz de conseguir lo que te propones, de hacer tuya la famosa frase pronunciada por Carmen Maura “!nena, tú vales mucho!”, se acompaña de otro de valoración de las personas que tienes cerca y que con pequeños detalles te hacen percibir que les importas, que están contigo, que se alegran con tus alegrías. Me refiero, por supuesto, a Rafa que como siempre me ha hecho un plan de entrenamiento confiando plenamente en mis posibilidades, a Ricardo Ortega que matizó las últimas semanas y me animó efusivamente junto a Pilar, su mujer en el Km 18. Me refiero también a los compañeros de Santander (David y Jandro), que me acompañaron en alguno de los últimos entrenamientos controlando no me pasara de revoluciones cuando no había que hacerlo. A Angel que a los 20 minutos de haber llegado a meta ya nos telefoneaba para ver qué tal nos había ido. A Pedro, que siempre con una sonrisa en la boca entrenaba todas las mañanas por la playa no preparándose el maratón, sino intentando digerir la preocupación de pasar por el quirófano para extraerle su tumor en el cerebro y que hoy convalece intentando recuperar del todo los recuerdos que quisieron marcharse con la masa parásita que le extrajeron y la movilidad que sus piernas poseían. A Maite, mi masajista, por el “abrazo energético” que me quiso regalar el mismo viernes antes de salir para Sevilla. A Juanes por las palabras cargadas de sinceridad y cariño, compartidas durante los minutos de un café improvisado al que me invitó tras un encuentro casual el día previo a volar. Me refiero, como no, a los detalles cuidados de los amigos sevillanos como Nacho, Jesús y Alberto que prepararon con esmero nuestra estancia en su preciosa ciudad. Que nos recibieron y despidieron en el aeropuerto y con los que compartimos cañitas, y comidita típica de la zona junto a sus mujeres e hijos; un lujazo de compañía. Contigo Nacho me queda pendiente ese cha-cha-chá que me prometiste bailar si llegábamos juntos a meta. Bueno, lo dejaremos para el próximo maratón que corramos en Sevilla, así compruebas esa teoría de tu Gps que aseguraba que cada vez que me animaba la gente aceleraba el ritmo, aunque yo no era consciente de ello. Lo cierto, es que te eché en falta para haber podido objetivar con tu artilugio de precisión que a partir del km 34, ese estímulo ya no me servía para tal fin. Y ahí si que te aseguro que yo lo intentaba y lo intentaba consciente pero que muy conscientemente, pero nada. Cómo no recordar las inolvidables expresiones infantiles que fluctuaban entre la admiración, la sorpresa y la incredulidad de los hijos, de para mí nuevos compañeros foristas de Málaga, Sevilla etc y sus parejas y entre las que también se encontraba la de la simpatiquísima Syl y el no menos dicharachero Josero, cuando Pepo, siempre preparado para cazar el momento oportuno, desplegaba su mágico espectáculo, contando, claro está, con la siempre imprescindible colaboración de su inseparable Mar y los patinadores saltimbanquis Pepe y Macarena. En fín, unas minivacaciones inolvidables que seguro repetiremos. Durante el maratón bien, muy bien. Ayudada, ya os lo comentaba antes, de los salerosos y constantes ánimos del público que me empujaban a correr mas deprisa, al menos al principio. El pájaro me decía que no le estaba gustando el recorrido, pero a mí, en realidad no se si me gustó o no, porque como me ha pasado en mis otros dos maratones, yo no sé por donde voy. Mi cerebro sólo se fija en los carteles de los Km y cuando pasa uno solo ve el espacio que queda entre mi zancada y el siguiente cartel y no percibo ni casas, ni avenidas; solo gente que anima y distancia por recorrer. En esta ocasión, si bien Rafa también fue el responsable de mi alimentación e hidratación en carrera portando higos secos, plátanos, cogiendo naranjas y agua en los puestos (por cierto un 10 a la organización y a los voluntarios), he sido capaz de ir controlando el tiempo en cada Km con mi pulsómetro (¡leches que tía!). Bueno, en realidad en casi todos, porque al final olvidé pulsar el botoncito al pasar por meta. Aunque, ¿qué más me daba?, llegaba y además encontrándome pletórica. Porque, como comentó Teresita, (por cierto, enhorabuena a tí también) unos metros después de entrar al estadio y comenzar a escuchar la música me entró un subidón, empecé a zapatear como alma que lleva el diablo hasta la meta. ¡Guau!, que chasco me llevé al ver que la meta no era en el arco azul. Todavía me quedaban 50?, 60? 70?...!yo qué se cuántos metros para llegar!. Bueno, el hecho es que aguanté, disfruté, sufrí no más de lo razonablemente tolerable, y así en esta tesitura HOY CUMPLO 40. Muchísimas gracias a todos por vuestra compañía y por vuestras felicitaciones porque todo contribuye a que hoy en vez de sumirme en los pensamientos melancólicos que suelen acompañar al ecuador de la vida, me sienta como Paca “La de Carmona”se debió sentir cuando fue entrevistada por Lauren Postigo (EPD), no sé si recordáis el famoso sketch de Martes y Trece. Lauren (dirigiéndose a Paca con su típico deje andaluz): “Tú Paca, Tú no etá acabaá, tú etá empesando...... tú da un gira por Soria y te forra hija de la gran....pi,pi,pi”.

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