lunes, 22 de noviembre de 2010

El llanto del universo

Al planificar la semana me doy cuenta que hoy no me queda otra que entrenar. Obligaciones familiares, personales y laborales en una agenda cargadita hacen que me afane en la tarea de desarrollar mis habilidades organizativas para cuadrar los tiempos.
Con todo y con eso está decidido; hoy hay que salir a las 8:30 de la mañana y el calendario queda así bien cuadradito.
5km suaves (alrededor de 5-5,10min/km)+ dos series de cuestas con ejercicios múltiples + 10 cuestas de 200metros rápidas + otros 5km suaves de vuelta fue la tarea que se nos encomendó para esta jornada.
Aunque la salida meteorológicamente hablando fue fría pero sin lluvia, no pasaron más de 2km, cuando el encapotado y oscuro cielo santanderino decidió darse un buen respiro sobre las cabezas de quien tuvimos la osadía o la necesidad de pasear, caminar, o como en nuestro caso, correr por cualquiera de sus bonitos rincones.
ya en la campa de la magdalena sentí como la potencia e intensidad del agua que chocaban contra mi cara aumentaban sin darme un momento de tregua. Fue entonces, durante la última serie de 200m en cuesta, cuando embebida en mis pensamientos de fuerza y unión con Iberia, yo también tenía necesidad de descargar lágrimas que se unieran al líquido elemento que me envolvía por todas partes. Lloré y sollocé durante unos largos minutos y me sentí íntimimamente unida a lo que interpreté como un intenso llanto del universo.
Sentí que éramos libres de continuar con el proceso de afrontar nuestras pérdidas, de sacar fuera nuestras tristezas y melancolías y así dejar hueco para todo lo bueno que nos queda por compartir.
Hoy bajo la lluvia me sentí parte del mismo universo que Iberia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Joder, tía, al final voy a llorar yo también. ¿sabes que hoy, cuando tras venir de trabajar me fui a hacer el mismo entreno que tú también pensé muchísimo en Iberia y en los que ya no están? Mientras la lluvia castigaba mi cara me acordé de cómo batían las olas cuando murió mi madre y sentí toda su fuerza cómo me empujaba mientras esprintaba cuesta arriba en la Magdalena y -los pocos- que pasaban me miraban como pensando: ¿Dónde irá este chiflado? Y yo pensaba. "no sabéis las sensaciones que estoy viviendo y os estáis perdiendo". Un beso para todo el Universo

Unknown dijo...

Un día aprendí que a eso se le llama "sincronías". ocurren a diario pero poco frecuentemente somos conscientes de ello. Cuando lo hacemos estamos escuchando al universo.